Hablamos de lo que significa la educación Montessori, de cómo puede ayudarte en tu día a día y, sobre todo, cómo puede mejorar el futuro de los más peques de la casa e incluso de los que ya no son tan peques. Porque nunca es tarde para empezar una crianza activa, consciente y de calidad.
Poner en práctica una educación basada en la metodología Montessori es muy complicado si no conocemos en qué consiste o cómo se pueden beneficiar nuestros peques. Comenzar una crianza alternativa, consciente y que no siga las reglas habituales puede ser complicado si no sabes cómo hacerlo y queremos ayudarte a que interiorices esta práctica poco a poco en tus costumbres diarias.
La educación Montessori es un enfoque de la enseñanza que enfatiza la independencia, la libertad (dentro de los límites) y el respeto por el desarrollo psicológico natural del niño. Esto significa que, entenderemos la evolución del niño como algo independiente de cada individuo sin compararlo con ningún otro.
Esta teoría fue creada por la educadora italiana Maria Montessori a principios del siglo XX. La filosofía detrás de la educación Montessori es que los niños aprenden mejor cuando se les permite explorar y descubrir cosas por sí mismos. La educación Montessori es una forma única y maravillosa de educar a los niños en el respeto y la conciencia de que su cuerpo y sus capacidades son únicas e innumerables. Hoy analizamos la filosofía Montessori y cómo puede ayudar a los niños a aprender y crecer de una manera autónoma y libre.
La educación Montessori se basa en dos principios fundamentales: el primero es que se guía por el control voluntario del peque por lo que la evolución y práctica la marca el niño o la niña; y el segundo son los intereses de los objetos naturales; esto quiere decir que, se selecciona un objeto de estudio cuando el niño o la niña muestran interés por ello. Básicamente, priorizar la experiencia personal del niño frente a la enseñanza tradicional y estandarizada.
La educación Montessori también promueve la toma de decisiones y la responsabilidad del niño y afirma que los niños y las niñas desarrollan habilidades de aprendizaje cuando se les dan oportunidades de hacer las cosas por sí mismas. María Montessori tenía una frase mantra que decía; “Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el niño” y es que, como ella decía, no hay que ayudar al peque a hacer ninguna tarea que creas que puede tener éxito por muy fácil que te sea a ti hacerlo.
Los peores enemigos que tiene una persona encargada de la crianza de un peque es: la rutina y el día a día. La rutina nos lleva a olvidarnos de improvisar y a dejar de escuchar las necesidades de nuestros peques sin tener en cuenta que es muy normal, sobre todo en la etapa más temprana, de que estas necesidades irán cambiando muy a menudo dependiendo de su evolución y desarrollo.
Cuando nos referimos al día a día hablamos de todas esas cosas que haces casi en automático que no dejes que nadie más haga porque tú las haces mejor, más rápido o más cómodamente. En cualquier caso, estas dos cosas con las que debes empezar por adaptar y cambiar para comenzar la crianza activa y consciente.
Tareas Montessori por donde empezar
Fregar los platos / poner el lavavajillas
Tarea sencilla que a ti te supone alrededor de 3 minutos y que no necesita una preparación previa. Bueno pues esta tarea es perfecta para que te puedan “ayudar” los más peques de la casa y fomentar así la madurez y autonomía. Claro que les costará más tiempo y requiere que estés con ellos y por lo tanto, no haciendo otras cosas, pero con el tiempo y la práctica, será algo que hagan de manera automática ellos/as también, que requieran menos ayuda y sobre todo, que les está ayudando y enseñando a madurar y a ser autónomos.
Poner la mesa
Poner la mesa es otra de las tareas diarias que no requieren especial práctica o formación y por lo tanto otra que deberías “delegar” en ellos/as. ¿Y si se les cae algún vaso y se rompe? Pues si esto sucede solo habrás perdido un vaso, pero si es lo que te preocupa, cambia los vasos de cristal por vasos de silicona y se acabaron los peligros de cortes o roturas.
Hacer la comida/cena/merienda
Preparar el sándwich del día siguiente, pelar la fruta o abrir el yogur que se comerán después de la comida son tareas que pueden hacer perfectamente y un precioso hábito. Participar en la preparación de la comida de otras personas les ayuda a afianzar su seguridad y autonomía ya que se ven capaces de “alimentar” a otra persona y a formar parte del grupo de “mayores” con responsabilidades.
Ponerse/quitarse el pijama
Es la hora de la ducha y hay que desvestirse. O es la hora de la ducha y hay que ponerse el pijama para ir a la cama. Pues este momento es perfecto para que comiencen a tener la rutina de vestirse y desvestirse solitos/as. Evidentemente habrá prendas para las que necesiten algo de ayuda, como los calcetines, pero poco a poco irán necesitándote menos y siendo más autónomos.Dejarles elegir la ropa que pueden ponerse al día siguiente o guardar el pijama al levantarse es otra opción maravillosa para demostrarles que confiamos en ellas/os y su criterio.
Lo mejor de todas estas tareas es que les harán sentir muy especiales, les enseñará a madurar la parte autónoma y la toma de decisiones además de localizar circunstancias de peligro o dificultad, como llevar al vaso lleno de agua, para las que te pedirán ayuda. Recuerda que no debes negarles tu ayuda nunca ya que el mensaje que le estarías enviando sería completamente erróneo.
Una cosa es que les estemos enseñando a ser autónomos e independientes y otra muy distinta es que les obliguemos a hacer tareas que principalmente pueden resultar divertidas para enviarles el mensaje de que, si no saben, no pueden o no se sienten seguros, no vamos a estar para ayudarles. Es necesario y muy importante no enviarles este mensaje ya que, la educación Montessori se basa en el respeto y autonomía, cosa que no está reñida con el acompañamiento y la ayuda.
En conclusión, en el método Montessori no se hacen asignaciones y mucho menos se establecen pruebas, simplemente acompañamos y guiamos ofreciendo nuestra ayuda solo en los momentos en los que nos sea requerida. Por ello y para que todos nos sintamos cómodos poniendo en práctica este tipo de prácticas, es muy importante que la comunicación con los peques sea constante. Explicarles lo que hacemos, porqué lo hacemos y cómo lo hacemos nos hará que entiendan de una manera lógica los procesos y puedan localizar cualquier “interferencia” en el proceso.
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“El instinto más grande de los niños es precisamente liberarse del adulto.” María Montessori
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Periodista especializada y madre de dos niñas, lidera Crianz.a.ctiva, proyecto nacido de su desafío personal para conciliar maternidad y trabajo. Inspirada por sus experiencias, en distintas ciudades españolas, y el intercambio con otras madres, se enfoca en ofrecer soluciones respetuosas y prácticas para la crianza, promoviendo el bienestar familiar y la sostenibilidad. Su historia es un reflejo de superación y compromiso con el apoyo a otras familias.
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